En un café de Sopocachi, Lucía y Ernesto discuten sobre la política boliviana, las promesas incumplidas y la necesidad de pensamiento crítico. Entre cafés y reflexiones, sellan un pacto para incomodar, preguntar y resistir la manipulación. Un llamado urgente a la vigilancia ciudadana frente a un poder que busca perpetuarse en la sombra.